martes, 4 de noviembre de 2014

VII Informe sobre exclusión y desarrollo social en España 2014

Quiero aprovechar la invitación que me han hecho las editoras de este blog para comentar una noticia que ha tenido amplia repercusión en los medios de comunicación en los últimos días. Me estoy refiriendo a la presentación del VII Informe sobre exclusión y desarrollo social en España 2014, que han realizado la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada) y Cáritas.

El Informe es fruto de un amplio trabajo de investigación sociológica realizado en los últimos cinco años en el que ha participado un equipo de más de 90 expertos e investigadores de 30 universidades españolas. El Informe analiza de forma exhaustiva -a lo largo de casi 700 páginas, ocho capítulos y un anexo- cuestiones como el modelo social de nuestro país, la actual distribución de la renta, los procesos de exclusión social, el mercado de trabajo, el estado de bienestar, qué nueva sociedad surgirá tras las crisis, el capital social y cultural, y la situación de España en el entorno internacional.


Las constataciones del VII Informe FOESSA ofrecen tanto elementos para la preocupación, dada la envergadura de los efectos que la crisis ha tenido en la estructura social del país, como razones para la esperanza, a la luz de las fortalezas que muestran ámbitos como la participación social, la solidaridad, el voluntariado y las redes familiares.

El Informe entra de lleno en el análisis de nuestro modelo de desarrollo social, en el que destacan los altos niveles de desigualdad salarial, la limitada capacidad redistributiva del sistema de impuestos y un sistema de prestaciones reducido, poco protector en el tiempo y que no se adecua a las necesidades de los hogares en función de sus características.

Se señala cómo los efectos de la crisis en la renta en nuestro país son preocupantes, ya que el porcentaje de hogares afectados simultáneamente por problemas de privación material y de pobreza monetaria ha aumentado casi un 50% en los últimos años.

De la envergadura de este deterioro da cuenta el hecho de que el núcleo central de la sociedad española considerado en situación de integración social plena es ya una estricta minoría y en la actualidad representa tan solo el 34,3%, mientras que en 2007 superaba el 50%.

Esto significa que la población excluida en España asciende ya al 25% y afecta a más de 11.746.000 personas. De ellas, 5 millones se encuentran en exclusión severa. Además, hay que tener en cuenta que 2 de cada 3 personas excluidas ya estaban en esta situación antes de la crisis.

La precariedad afecta a ámbitos como la vivienda y la salud. De los 11,7 millones de excluidos, el 77,1% sufren exclusión del empleo, el 61,7% exclusión de la vivienda y el 46% exclusión de la salud.

En cuanto al perfil sociológico, son las familias de mayor tamaño las que más afectadas se han visto, sobre todo familias en las que hay muchos niños y muchos jóvenes.

Asimismo, se multiplica de forma generalizada la vulnerabilidad de la juventud. Dos datos: el 35% de los jóvenes vive en hogares excluidos y el 27% de los jóvenes desocupados está fuera del sistema educativo. Como se indica en el Informe, en cierto sentido puede hablarse de una«generación hipotecada».

La crisis ha impuesto también importantes cambios en el modelo de relaciones sociales, que en la actualidad se caracteriza por la«dualización» y la «polarización» social. Es decir, que los más vulnerables y más pobres disponen de menos recursos y sufren pérdida de centralidad en las decisiones, mientras los más ricos cuentan con más recursos y más centralidad en las decisiones.

En lo que se refiere al empleo, capítulo IV, el VII Informe FOESSA señala la existencia de una «generación expulsada» de trabajadores, principalmente trabajadores del sector de la construcción y trabajadores con baja formación, para los que ha mermado el tipo de puesto que desempeñaban y cuya cualificación es escasamente aplicable en otros sectores. Pensando en ellos resulta muy difícil imaginar que puedan volver al empleo a corto plazo cuando se recupere la contratación. En la actualidad, la tasa de trabajadores excluidos se sitúa en el 15%. Y puede decirse que el trabajo deja de ser un espacio de consolidación de derechos para convertirse en un espacio de vulnerabilidad y de pérdida de capacidad económica, social y personal.

Para quien quiera ampliar la información facilito los siguientes enlaces:



No hay comentarios:

Publicar un comentario