domingo, 30 de noviembre de 2014

REFLEXIÓN INDIVIDUAL. MÓDULO 3



En este último bloque temático, el más largo y el más denso, nos  metimos de lleno en el tema de la orientación laboral.  Hemos visto que hay varios modelos; que los principios básicos  para llevar a cabo esta función son la individualización, la flexibilidad y el desarrollo de la autonomía del sujeto.  Vimos unas pinceladas de los diferentes sistemas de orientación que utilizan nuestros socios europeos: similitudes, diferencias...

A continuación hemos visto cómo se desarrollan los IPI, sus características, elaboración, fases ...

Vimos también, en profundidad, las entrevistas de trabajo: sus funciones, tipos, partes, etc.  con talleres y simulaciones.
 

Después tratamos un tema importantísimo: la prospección de empleo.  Todo orientador tiene que hacer, en mayor o menor medida, funciones de prospector de empleo.  En muchos casos es suficiente encauzar a nuestro cliente para que ponga en funcionamiento todos sus recursos y obtenga un resultado  positivo.  En otros, es necesario conocer las potenciales ofertas de empleo y utilizar este recurso en beneficio de algún cliente en  situación especialmente vulnerable.

En el tema 15 repasamos las técnicas y herramientas de búsqueda de empleo: el  CV, la carta de presentación, el videocurrículo, la entrevista (de nuevo), la dinámica de grupos, los test, la importancia del uso de las nuevas tecnologías en este proceso de búsqueda de empleo, etc.

El último tema, no por interesante menos árido, trató del emprendimiento: no se busca sino que se crea empleo.  En ocasiones el emprendedor busca unas pautas en las que apoyarse para encauzar su proyecto.  El orientador laboral debe conocer cómo se elabora el plan de empresa en todas sus fases para poder ir supervisando su elaboración  y que, en función del resultado de las previsiones, el cliente pueda tomar una decisión con ciertas garantías.

 

La tarea del orientador laboral requiere conocimientos multidisciplinares, psicológicos e instrumentales para poder llevar a cabo su función.  Tiene que manejar recursos formativos, laborales, sociales, normativos, emocionales y, sin duda, tecnológicos.  En la actualidad, para la mayoría de perfiles ocupacionales, es necesario un cierto grado de alfabetización digital y el uso de redes sociales y el orientador laboral tiene que hacer uso de estas herramientas y debe facilitar, en lo posible, la información y la motivación a sus orientados para hacer uso de estos instrumentos.


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